La celiaquía es la intolerancia permanente al gluten, conjunto de proteínas presentes en el trigo, la avena, la cebada y el centeno (TACC) y productos derivados de estos cuatro cereales. La avena pareciera no producir daño pero, en su proceso de industrialización, puede encontrarse contaminada por granos de trigo, cebada o centeno. Por eso en nuestro país los celíacos no debemos consumirla.

Se dice que la celiaquía es una condición autoinmune, es decir que el sistema de defensa de los celíacos reconocería como “extraño” al gluten y produciría anticuerpos o “defensas” contra él, provocando una atrofia de las vellosidades del intestino delgado, lo que altera o disminuye la absorción de los nutrientes de los alimentos (proteínas, grasas, hidratos de carbono, sales minerales y vitaminas). La característica principal que define a esta atrofia vellositaria es que la mucosa intestinal se normaliza cuando se inicia la dieta sin TACC.

Los síntomas asociados a la celiaquía son de lo más variados; incluso hay personas asintomáticas.

Es uno de los trastornos crónicos más comunes en los países con población de origen europeo; afecta aproximadamente al 1 por ciento de la población.

Se diagnostica mediante un análisis serológico (sangre) y se confirma el diagnóstico mediante una biopsia de intestino delgado. Al menos hasta ahora así es el procedimiento. Son los médicos gastroenterólogos quienes estudian y tratan la celiaquía, que no se cura. Sólo con una dieta estricta libre de gluten de por vida se logran recuperar las vellosidades del intestino, y de esta manera absorber los nutrientes necesarios para ser personas saludables.

Desde Aglutenados, sentimos y vivimos la celiaquía como una condición más que como una enfermedad. Sabemos que la comunidad médica habla de enfermedad celíaca (EC). Nosotros preferimos hablar de celiaquía, celíacos, o personas que siguen una dieta libre de gluten.

Creemos que esto ayuda a sacar el foco de la limitación o prohibición (de ciertos alimentos) para resaltar las ventajas de nuestra dieta y el hecho de que, siguiendo una dieta estricta libre de gluten de por vida y cuidando la manipulación de los alimentos para evitar la contaminación cruzada, los celíacos somos personas sanas y con los mismos riesgos de contraer otras enfermedades que los demás.

La Argentina en los últimos años avanzó mucho en el trato y cuidado hacia el celíaco: en 2009 se sancionó la Ley Celíaca, que nos pone a la vanguardia de muchos países en esta materia. La ley es perfectible, y se trata de un gran paso para seguir avanzando.

Celebramos en 2019 los 10 años de la sanción de la Ley y seguimos luchando por la reglamentación de cuestiones varias vinculadas a la misma (menús en restaurantes, etc.); es un trabajo constante que no termina, pero que sin embargo nos permite asegurar el gran avance en nuestra sociedad en relación al tema. Hoy casi todas las personas saben o tienen alguna idea de qué es ser celíaco en Argentina; cada uno puede poner su granito de arena para seguir difundiendo, educando en cada ámbito (restaurantes, peluquerías, etc.) en relación a los cuidados en la manpulación de alimentos, la contaminación cruzada, etc.

La Administración Nacional de Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) difundió el logo oficial que tienen que exhibir en sus envases o envoltorios, de modo claramente visible, todos aquellos alimentos libres de gluten que se comercialicen en el país y el listado de anmat es el referente para buscar o chequear productos libres de gluten. Se actualiza permanentemente y hoy cuenta con 57 categorías y  cerca de 15.500 productos listados.

 http://www.anmat.gov.ar/Alimentos/libres_gluten/Alimentos_Libres_de_Gluten.asp

La dieta del celíaco incluye todos los alimentos naturales, sin procesos de industrialización, como carnes, pescados, aves, frutas y verduras, legumbres (lentejas, porotos) y algunos cereales (arroz, quinoa, mijo, amaranto, trigo sarraceno). Se pueden consumir todos los aceites líquidos, leches líquidas, agua, azúcar, miel, huevos, mantecas y margarinas. Los granos y legumbres es importante comprarlos envasados, ya que podrían mezclarse con otros grano con gluten en lugares donde se venden sueltos. Incluso algunos podrían contaminarse en los mismos silos, por eso es recomedable comprarlos envasados y con logo oficial.

Cualquier producto que ha pasado por procesos de industrialización puede tener gluten ya que éste suele utilizarse como espesante: no todos lo tienen, pero antes de consumir esos alimentos se debe leer la etiqueta y chequear si figura dentro de los listados de productos aptos (ANMAT).

Los celíacos no deberían utilizar productos sueltos, ya que pueden estar contaminados con trazas o restos de trigo u otros cereales no permitidos.

Dicen algunos médicos que la dieta libre de gluten podría ser más sana en tanto el gluten, arriesgan algunos, sería la puerta de entrada a otras enfermedades. Si bien esto no está aún comprobado, es alentador pensar que nuestra dieta nos permite alimentarnos bien, con productos de alta calidad.

Ayuda a nuestra dieta libre de gluten el hecho de acostumbrarnos a comer sin sal o con poca sal, sin azúcar o con poca azúcar y tomar mucha agua. Y no olvidarnos de todos los alimentos que naturalmente no tiene gluten; está bien contar con productos panificados con harinas sin gluten, es muy bueno que haya tantas opciones hoy. Es importante tambien consumir este tipo de productos  con moderación. Como todo, en la vida.