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A Proteger el esqueleto.

María Belén Zanchetta es endocrinóloga y se especializa en estudiar la vida del hueso. Y fue a través de este camino que diagnosticó a varios celíacos. Nos cuenta cómo fue este proceso que ya lleva más de diez años y que la orientó a profundizar sus conocimientos sobre la EC.

 

Aglutenados: María Belén, ¿cuál es la vinculación entre la endocrinología y los huesos? Siempre vinculamos endocrinología con temas tiroideos, de crecimiento y hormonales, y no necesariamente con el hueso…

María Belén Zanchetta: Endocrinología significa el estudio de las funciones hormonales, y el hueso es manejado por las hormonas, de ahí la relación. Cuando hay problemas hormonales, los huesos se debilitan. Por eso los endocrinólogos intervenimos buscando las posibles causas. Y en esta búsqueda debemos descartar la enfermedad celíaca porque, cuando no hay una buena absorción de calcio, minerales y vitamina D, los huesos pueden debilitarse.

A: ¿Y eso qué problemas puede traer?

M.B.Z.: Osteopenia, osteoporosis, que son alteraciones de la estructura del hueso: una pérdida de masa ósea que aumenta el riesgo de fracturas ante traumas mínimos. Es una enfermedad silenciosa, no produce dolores; el único síntoma es la fractura.

A: Entonces, ¿fue a partir de pacientes que iban a verte con fracturas que llegaste a diagnosticar tantos celíacos?

M.B.Z.: Por un lado sí. Personas jóvenes con fracturas de muñeca principalmente, producidas sin un motivo contundente, me llevaron a estudiarlas más en profundidad y a diagnosticarlas como celíacas. De hecho, hay un metaanálisis realizado por el grupo del doctor Julio Bai del Hospital Udaondo con casi 21.000 pacientes en el que demuestran que los celíacos que no están en tratamiento (dieta libre de gluten/DLG) tienen mayor riesgo de fracturarse que la población general.

A: ¿Y has realizado diagnósticos a partir de otros síntomas?

M.B.Z.: Sí, claro. De hecho, mi primer diagnóstico de EC fue hace más de diez años. Yo estaba aún en formación… y la realidad es que en la facultad estudiabas la EC solamente vinculada a los síntomas clásicos (diarrea y desnutrición). Este caso se trata de una mujer que hoy sigue siendo mi paciente. Ella tenía problemas de tiroides, y no mejoraba con la medicación. Sospechamos que no la tomaba; ella aseguraba que sí. Y yo le creía… razón por la cual decidí investigar más y contemplar la posibilidad de que su organismo no la estuviera absorbiendo… y efectivamente era así.

A: Muy interesante, ya que esto abrió todo un camino para encontrar celíacos que tal vez eran tratados por otros temas, o estaban eternamente bajo estudio porque no sabían cuál era su problema.

M.B.Z.: El diagnóstico subclínico abrió el espectro a la situación actual, en la que los médicos de diferentes especialidades contemplan la posibilidad de encontrarse con pacientes celíacos frente a variados síntomas, o incluso frente a personas no sintomáticas.

A: ¿Dirías que los endocrinólogos en general están tan alertas frente a la posibilidad de encontrarse con pacientes celíacos no diagnosticados?

M.B.Z.: Cada vez más. Los congresos son un buen lugar donde estos conocimientos se comparten.

A: Y en el caso de los pacientes celíacos que no siguen DLG, ¿cuáles serían las causas por las cuales pueden tener problemas de huesos más allá de los problemas de absorción?

M.B.Z.: Otra causa es la inflamación que daña principalmente el intestino pero también es sistémica, generalizada; otras veces el cansancio que manifiesta una persona celíaca que no está en tratamiento hace que realice menos actividad física, y eso repercute en el estado del hueso, y también las alteraciones en el ciclo menstrual o la menopausia precoz (antes de los cuarenta años) en el caso de las mujeres, que provoca una disminución en la calidad del hueso: si no hay estrógeno, el hueso se debilita.

A: Siempre estamos hablando de casos de personas celíacas que no están diagnosticadas o no siguen la dieta estricta libre de gluten. ¿Siguiendo la dieta estricta el hueso se recompone?

M.B.Z.: En niños y adolescentes el hueso se recompone totalmente; en adultos es indudable que mejora con la dieta; no sabemos si llega a recomponerse por completo. Estamos haciendo un estudio junto con el Hospital Udaondo para poder determinar en profundidad el estado del hueso en mujeres celíacas recién diagnosticadas, de una edad promedio de treinta años y que todavía no están en dieta LDG, y lo comparamos con un grupo de control. La idea es estudiar a estas mujeres durante varios años para ver cómo evoluciona el hueso a partir del seguimiento de la dieta. Para esta evaluación hacemos una batería de estudios que nos permiten contar con resultados muy específicos.

A: ¿Qué otros estudios hacen además de la densitometría clásica?

M.B.Z.: Hacemos un laboratorio (análisis de sangre) para medir la situación de las hormonas específicas del hueso. Y, en este caso particular, una tomografía de alta resolución que nos permite ver la arquitectura ósea. Con toda esta información contamos con un diagnóstico más preciso sobre el estado del hueso.

A: ¿Cuál podría ser el tratamiento para mejorar la calidad de los huesos?

M.B.Z.: Básicamente calcio y vitamina D.

A: Te referís a pastillas de calcio y vitamina D en gotas… ¿uno podría obtener ambos nutrientes a través de una dieta especial?

M.B.Z.: El calcio está principalmente en los lácteos, y el requerimiento diario es de entre 1000 y 1500 mg; se puede lograr comiendo entre dos y tres porciones de lácteos por día. En cuanto a la vitamina D, es la habitual exposición al sol lo que nos provee de ella. Y como mucha gente no puede o no tiene el hábito o la disponibilidad de tomar sol, muchas veces se dan suplementos (en gotitas).

A: Muchas gracias, María Belén, por esta entrevista. Nos hace tomar conciencia del cuidado de nuestros huesos, nuestro sostén, y una vez más ponemos a la dieta libre de gluten como la única forma de cuidarnos. Y agregamos el sol… en horarios permitidos.

 

 

 

 


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