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NOTA

Comer sin gluten en Francia: no será la panacea pero se puede

Francia aparecía, por diversas fuentes consultadas, como un lugar difícil para comer sin gluten. De hecho, nos costó encontrar a personas celíacas para entrevistar. Hicimos varios contactos a través de la web y dimos con tres personas intolerantes al gluten, y con una celíaca. Por suerte, descubrimos también que hoy la oferta de productos y de restaurantes con menús aptos es bastante más amplia que hace un año.

Comparado con otros países de Europa, y con la Argentina, el país galo está varios escalones más abajo en materia de conocimiento y difusión de la EC en la población y entre los médicos. Hay mucha confusión entre EC, intolerancia al gluten y alergia al trigo, y los médicos generalistas, según nos contaron, no están tan alertas sobre el tema, por lo que cuesta llegar al diagnóstico.

La asociación de celíacos franceses se llama Asociación de Intolerantes al Gluten (l’Association Française Des Intolérants Au Gluten, www.afdiag.fr). Dentro de la web se habla de enfermedad celíaca, pero no se hace una distinción respecto de la intolerancia; sí remarcan la diferencia entre intolerantes y alérgicos. Esta Asociación es la única organización que realiza algunas campañas de difusión y concientización, entre las que se destaca la que alude a NO ELIMINAR EL GLUTEN DE LA DIETA SIN PREVIO DIAGNÓSTICO.

 

Parecería una campaña acertada que, a los ojos de algunas de las personas entrevistadas que se definen como intolerantes, no es del todo comprensible: "Si el gluten me hace mal, ¿por qué no eliminarlo de la dieta, y listo?". Hemos escuchado que en algunos casos son médicos naturistas quienes diagnostican la intolerancia al gluten. En los casos de las tres personas intolerantes entrevistadas, estaba asociado con intolerancia a la lactosa.

Como intolerantes, estas personas evitan el gluten en los alimentos, pero no siguen una dieta estricta: si van a comer afuera, "como normal", decía Verónica Vivancos, que vive en Montpellier. Veronica Lucas, de Marsella y también intolerante al gluten nos comenta que ella no se siente del todo bien y ha resuelto investigar si es celíaca o no, para lo cual volverá a comer gluten durante un mes según indicación médica. Soraya, que vive en París y es otra de las intolerantes entrevistadas, afirma que cada tanto come algunas cosas con gluten. Ella no cree que pueda ser celíaca. "Mis síntomas no son tan graves", nos comentó.

 

Verónica Vivancos nos decía que ella hace dieta LDG desde hace un año y medio, y se siente mejor; su médico no le propuso hacerse la biopsia. Recientemente fue diagnosticada como intolerante su hija Lucía, de cinco años, a la cual el médico sí le propuso la biopsia y ella se negó. Su hija mejoró mucho, nos contó Verónica.

Si bien estas personas se cuidan de alguna manera, bajan el listado de alimentos aptos de la página de la Asociación (se imprime cada dos meses y lo envían por correo a los solicitantes) y se quejan de que los productos libres de gluten son más caros que los "normales", el cuidado es relativo y la contaminación cruzada no aparece como tema.

Nos contactamos también con Marie Havard, celíaca diagnosticada hace diez años. Hoy tiene treinta y un años, vive en Montpellier y nos cuenta que ella tuvo "suerte" de tratarse con un médico que conocía bien el tema y sospechó su condición de celíaca… luego de pasar un par de años en tratamiento con un médico clínico y no llegar a buen puerto. Con la dieta mejoró notablemente.

Marie afirma que en Montpellier, pequeña ciudad al sur de Francia de casi 300.000 habitantes, hay un solo médico gastroenterólogo que conoce bien la enfermedad celíaca.

 

Ella empezó la dieta hace diez años, y en esa época, afirma, era realmente difícil encontrar productos LDG en Francia. Marie los compraba online; hoy la situación mejoró y se encuentran productos en casi todos los supermercados, en tiendas BIO, y hay asimismo varios lugares donde comer. Antes, nos comenta, no iba a comer afuera porque tenía miedo; hoy se siente más segura. Es la creadora de una web donde se puede encontrar una serie de lugares para salir a comer, tomar el té, en diferentes ciudades de Francia; se trata de un trabajo que hace sin fines de lucro, una manera de ayudar y difundir estos datos: www.sortirsansgluten.com.

Marie remarca que existe una ley que obliga a los fabricantes a detallar los ingredientes alérgenos de los alimentos en las etiquetas; comenta sin embargo que esto no se cumple en todos los casos. Ella compra productos con logo (espiga de trigo barrada) y afirma que la guía más segura es el listado de la Asociación.

Frente a nuestra pregunta en relación con el interés del gobierno por este tema, Marie nos dice que hasta ahora las únicas campañas realizadas fueron por parte de la Asociación, pero como recientemente ha sido noticia que el primer ministro francés Manuel Valls ha desterrado el gluten del Palacio Matignon por ser "intolerante" a él, imagina que esto podría derivar en algunas acciones futuras en este sentido. 

Marie nos cuenta que la Seguridad Social reembolsa a los celíacos diagnosticados que han completado el formulario correspondiente, y que presentan cada mes los tickets de productos LDG comprados, un porcentaje del gasto. El máximo de este reintegro es de 45 euros por mes: "Pas beaucoup (no mucho)", dice Marie, "ya que un paquete de galletitas sale 5 euros… son nueve paquetes de galletitas por mes".

Confiesa que su médico le transmitió la importancia de que sus familiares de primer grado se hagan los análisis de rigor para saber si son celíacos. Ella afirma que ninguno de ellos se lo ha hecho ya que no tienen síntomas y no creen que puedan tener la enfermedad.

Más allá de cierta confusión que parecería haber en Francia en relación con la celiaquía y ciertos cuidados que estarían faltando en el tratamiento de los alimentos, creemos que esta información puede resultar útil para aquellos que vayan de visita a ese país.

Soraya, en París, ofrece un tour gluten free para turistas, que pueden consultar desde esta web: www.glutenfreeinparis.com.

Algunos tips: cuidado con las ensaladas, suelen venir con croutons (pedacitos de pan tostado), y, como siempre, cuidado con los dressings (salsas para condimentar ensaladas).

 


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