GUÍA
ONLINE

NOTA

Gustavo Grabia, un periodista comprometido con la DLG

A Gustavo le diagnosticaron EC luego de un viaje a Machu Picchu. Actualmente es cuidadoso en su dieta libre de gluten a pesar de tantas horas en estudios de radio y televisión. En esta entrevista nos cuenta su historia con la celiaquía.

Aglutenados: Hola, Gustavo. Contanos, ¿cómo te llevás con la dieta libre de gluten?

Gustavo Grabia: Ser celíaco hoy es bastante simple. En todos lados se puede conseguir algo para comer, aunque sea un yogur, un alfajor o una barrita. Eso sí, ¡todo es muy caro, y no entiendo por qué!

A.: ¿Cuándo te enteraste de que eras celíaco?

G.G.: Me enteré hace quince años, luego de un viaje al Machu Picchu. Cuando volví de ese viaje, me explotó mal el estómago.

A.: ¿Cómo fue eso?

G.G.: Sí, volví sintiéndome muy mal. Pensaba que era algo que había comido en Perú, además de que también estaba muy estresado por unas entrevistas muy complicadas y con cierto tipo de riesgo que fui a realizar. Estaba trabajando en el libro La Doce, la historia de la barra brava de Boca.

A.: ¿Entonces?

G.G.: Fui al médico. Me hicieron análisis de sangre que dieron pésimo. Después me enviaron a hacer más estudios pensando que podía ser algo grave. El médico, luego de los análisis, me dijo que tenía una buena noticia y otra no tan buena.

A.: ¿Cuáles eran esas noticias?

G.G.: La buena es que no había nada grave y la no tan buena, que era celíaco.

A.: ¿Tenías malestares habitualmente?

G.G.: Sí, siempre tenía problemas estomacales. Desde muy chico me la pasaba tomando analgésicos para los dolores de panza. Era habitual sentirme mal, descomponerme, cuidarme una semana con la comida para luego de unos días volver a sentirme mal, y así durante años.

A.: Cuando te dijeron que eras celíaco, ¿sabías de qué te hablaban?

G.G.: Tenía alguna referencia. Esto fue hace quince años, y en ese momento no era tan conocida la enfermedad como ahora.

A.: ¿Qué sabías del tema?

G.G.: Sólo sabía que no podía comer pan. Cuando me dijeron todas las cosas que tenían gluten, eran un montón.

A.: ¿Y cómo hiciste para acomodarte?

G.G.: Al principio me costaba mucho. No era fácil encontrar sitios donde comprar productos sin gluten. Yo vivo en Caballito, y por suerte a diez cuadras de casa tenía un lugar que vendía de todo para los celíacos, en la calle Rojas, y se convirtió en mi almacén de compras.

A.: ¿Cómo tomaste la noticia?

G.G.: Bien, porque enseguida empecé a sentirme mucho mejor físicamente. Por un lado ya no podía comer una pizza, pero por el otro me sentía mucho más liviano, rendía mucho más haciendo deportes. Entonces, si me preguntas cuánto me deprimí… nada, porque una cosa compensaba la otra.

A.: ¿Te gusta practicar deportes?

G.G.: Sí, siempre me gustó jugar al fútbol, y cuando tuve que dejar por las lesiones, empecé a practicar tenis. Ahí fue que noté el cambio físico. Llegaba a pelotas que antes no llegaba.

A.: ¿Tenés alguna anécdota con respecto a la celiaquía?

G.G.: No sé si es una anécdota, pero antes de que me diagnosticaran yo era muy flaco y con mucha panza, y mis amigos me cargaban y decían que me parecía al filipino embarazado que había salido en los medios por ese entonces.

A.: Con respecto a tu vida diaria, ¿cómo te organizás? Por tus horarios de radio y TV, debe de ser bastante difícil.

G.G.: En la radio tomo mate, y si tengo hambre es bastante sencillo conseguir un alfajor o una barrita apta en un kiosco cercano. Hoy no me parece un problema: hay supermercados con góndolas de productos aptos, hay locales muy completos específicos para celíacos. Lo que creo que falta son restaurantes especializados para celíacos. Hay uno o dos nomás.

A.: ¿Te cocinás?

G.G.: No. Mi mujer sí prepara pizzas o panes con las premezclas sin gluten. A ella le gusta y le hace bien comer sin gluten. Eligió esta dieta porque se siente mucho mejor de este modo.

A.: ¿Y tus hijos?

G.G.: No, ellos no. En casa siempre hay pan sin gluten y también con gluten para ellos. Lo mismo con las pastas y otras cosas. Eso sí, una vez me desaparecieron unas galletitas de limón sin tacc y, cuando pregunté, uno de ellos se las había comido porque le gustaban más que las tradicionales que comen ellos.

A.: En cuanto a tu trabajo, contanos… ¿qué estás haciendo hoy?

G.G.: Estoy en Radio con Vos, todas las mañanas con Ernesto Tenembaum; luego en la TV de cable en Indirecto, con Diego Díaz, y a la noche en TV de aire en Intratables, con Santiago del Moro.

A.: Ah, ¡estás bien ocupado! ¿Tenés algún nuevo proyecto en vista?

G.G.: Sí, dormir más el año que viene, jaja.

A.: Muchas gracias, Gustavo, por contarnos tu experiencia.

Gustavo Grabia. CV

Periodista y especialista en temas de violencia en el fútbol.

Egresado de Ciencias de la Comunicación de la UBA y de la Escuela del Círculo de Periodistas Deportivos.

Trabajó para el diario deportivo Olé desde 1996 hasta hace dos meses.

Actualmente es columnista de los programas de Ernesto Tenembaum, ¿Y ahora quién podrá ayudarnos? (Radio con Vos), Indirecto (TyC Sports) e Intratables (América TV).

Autor de los libros Disquisiciones sobre la habilidad, El Club del Fin del Mundo y La Doce. La verdadera historia de la barra brava de Boca.


Copyright © 2024 Aglutenados