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NOTA

Canadá gluten-free Friendly

Son muchos los aspectos que componen la cultura de Canadá. En primer lugar hay que tener en cuenta que éste es el segundo país más grande en territorio de todo el mundo, y por otro lado es claramente multicultural y está forjado por comunidades de inmigrantes. A los pobladores originales se han sumado millones de inmigrantes de Europa, de Asia y de América Latina. Esto ha dado lugar a una población cosmopolita y heterogénea.


Canadá registra cifras récord en el consumo de productos sin gluten. No sólo los celíacos muestran interés por estos productos libres de gluten: una amplia mayoría de consumidores canadienses los elige al percibirlos como una opción más saludable. Esto, si bien es una ventaja para nosotros los celíacos, según nuestra experiencia de viaje no alcanza para estar seguros. Debemos siempre explicar bien que somos celíacos, ya que no todos entienden la diferencia entre celiaquía y alimentación gluten free. En estos casos conviene hacer referencia a que es una enfermedad, así nos garantizamos una respuesta más pensada y precisa. 

Una competencia de remo nos llevó hasta St. Catharines, hermosa ciudad de 130.000 habitantes ubicada sobre la costa del lago Ontario, con sus típicas casas con jardín al frente. Se trata de un sitio en el que se respira y se siente una tranquilidad fantástica, rodeada de un entorno impresionante. El lago Ontario ofrece sus playas para ir a nadar, y el lago de regatas es el lugar donde esta ciudad practica el deporte de remo por el cual se caracteriza.

Llegar a destino fue un largo viaje. Para afrontar tantas horas de vuelo, la primera medida fue avisar a la aerolínea que necesitábamos un menú GF.

Si bien teníamos algo de información sobre qué nos íbamos a encontrar en Canadá en relación con las opciones libres de gluten, fuimos precavidos y como siempre cargamos la valija de barritas, galletitas, snacks, etc. Todo envasado para que no quedara retenido en la aduana. De todos modos, por la gran oferta de productos gluten free que encontramos en Canadá —y por las ganas de probar cosas nuevas—, muchas de las cosas que habíamos llevado volvieron intactas.

Antes de viajar nos pusimos en contacto con la Canadian Celiac Association (www.celiac.ca), y desde allí muy amablemente nos brindaron información sobre sitios de compra y algunos lugares donde comer. Un dato a tener en cuenta es que en Canadá se permiten 20 ppm de gluten en los alimentos, a diferencia de nuestro país, en que el límite reglamentado es de 10 ppm.

Una vez llegados a destino, nos alojamos en uno de esos hoteles de ruta donde no brindan desayuno, pero sí teníamos una cafetera y una heladera en la habitación. Había que llenar la heladera, por lo tanto comenzamos nuestra estadía en un supermercado de productos naturales de la marca Food Basics, donde compramos frutas variadas, riquísimas y jugosas.

A partir de allí todo se fue desarrollando con relativa facilidad. En cada sitio de compras había un espacio destinado a productos libres de gluten. Teníamos que pasar gran parte del día en la pista de remo, y ahí también había opciones para celíacos. Los truck foods ofrecían diferentes tipos de comida: vegana, raw food, orgánica y gluten free. Siempre había muy a mano opciones saludables, naturales y sanas.

Las posibilidades de conseguir productos GF no faltan en este país. Las cadenas de supermercados tienen su espacio con productos certificados, y fue sobre todo en Zehrs Market donde nos encontramos con una góndola enorme repleta de productos aptos: gran cantidad y variedad de tortillas de maíz, galletitas, snacks, pretzels, premezclas, panes, fideos, etc. Curioseando observamos que una muy conocida marca de papas fritas (Lay’s) tiene sus productos certificados con su respectivo logo GF.

Por otro lado, en cualquier café o restaurante es bastante habitual encontrar menús con el logo GF (Gluten Free) y V (Vegano). Algunas casas de comida rápida también ofrecen alguna opción sin gluten, aunque sea una ensalada.

Las opciones de comida más habituales son pescados, pollo, sushi y ensaladas. En Mario’s, un restaurante italiano, tenían un menú gluten-free friendly con varias opciones de pizzas y pastas sin gluten. Allí probamos unos penne con bolognesa riquísimos. Una comida típica de la zona son las alitas de pollo fritas (chicken wings). Generalmente las sirven como un snack, pero en mi caso sirvió de cena en varias oportunidades. Siempre tomando los recaudos de que se prepararan sin salsas y en aceite limpio.

Por cierto, hay que ser muy cautelosos con la contaminación cruzada: muchos creen que comer gluten free es una moda o un estilo de alimentación saludable y no la consecuencia de ser celíacos y nuestro tratamiento. Me ha ocurrido en más de una oportunidad que me preguntaran si era muy celíaco o poco celíaco. La verdad es que, si bien es muy común encontrar la identificación GF en los menús de los restaurantes, siempre resulta recomendable asegurarse con el cocinero.

Aquellos que puedan visitar este país saben entonces que encontrarán productos aptos. No obstante, siempre hay una cuota de trabajo personal que uno debe hacer para agenciarse alimentos seguros, sea donde sea. La última responsabilidad es de cada uno, de comer o no comer cuando no estamos seguros.



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